Un
supervisor es quien tiene la responsabilidad de guiar un conjunto de personas
para asegurar el desempeño deseado, con la mayor eficacia, eficiencia y
gratificación.
Un buen
supervisor trata adecuadamente, y con éxito, las tres dimensiones necesarias
para el mejor desempeño de las personas y equipos:
.-
Sentir: la relación, la comunicación, la emoción.
.-
Pensar: el conocimiento, las ideas, la razón.
.-
Actuar: la acción, la energía, los logros.
Las
herramientas de un buen supervisor se presentan agrupadas dentro de cada
dimensión y su definición incluye lo que esperan los colaboradores. Luego se
destacan las características de “un buen supervisor” y los principales errores (por defecto y por exceso) en los que
es preferible no caer.
Sentir: ¿cómo atender la relación, la comunicación y
la emoción?
La
dimensión del sentir se refiere a la relación con los colaboradores, la
necesaria comunicación con ellos y la atención a sus emociones y sentimientos.
La relación es conexión, correspondencia y trato. La comunicación es la acción
y el efecto de comunicar o comunicarse entre dos o más personas es un proceso dinámico que implica compartir y especialmente
escuchar. Las emociones son fenómenos psicofisiológicos que representan modos
de adaptación a estímulos ambientales o de uno mismo, en otras palabras sirven
para establecer nuestra posición con respecto al entorno, nos impulsan hacia
ciertas personas, objetos, acciones e ideas.
“Un
buen supervisor es quien puede tratar adecuadamente y con éxito las tres
dimensiones necesarias para el mejor desempeño de las personas y equipos (el
sentir, el pensar y el actuar).”
Pensar: ¿Cómo atender el conocimiento, las ideas y la
razón?
La
dimensión del pensar se refiere al conocimiento, las ideas y la razón (el
razonar). El conocimiento está representado por la información procesada y
comprendida. Las ideas son los conceptos, los pensamientos, las opiniones y los
juicios, y también la imaginación para inventar o innovar. La razón, además de
argumentos y demostraciones, y del orden y el método, abarca los motivos y causas para actuar correctamente. Un buen
supervisor atiende adecuadamente los conocimientos, las ideas y las razones
necesarias orientadas a la acciones del equipo.
Actuar: ¿Cómo manejar la acción, la energía y los
logros?
Actuar
es la dimensión relacionada con el hacer, con la acción, con las actividades
orientadas a lograr un efecto. La energía es la capacidad para actuar, para
hacer un trabajo. Los logros son los resultados de la acción, los efectos de la
acción consciente, conseguir o alcanzar lo que se intenta o desea. Un buen
supervisor atiende con eficacia y eficiencia los recursos necesarios para que
la acción y la energía de personas y equipos logren los resultados deseados.
Premiar: Es
reconocer los logros y méritos,
implica antes que nada estar pendiente para ver e identificar los logros y méritos.
Hay supervisores que están muy pendientes de los errores para castigar. Soy de
los que piensa que un error puede ser una oportunidad para aprender y mejorar
ya que todos deseamos ser reconocidos y premiados por nuestros esfuerzos y
logros. Nadie quiere un supervisor regañón
que solamente vea lo malo.
Un buen
supervisor está pendiente de lo que se hace bien para reconocerlo, estimularlo
y premiarlo.
Finalmente
podemos decir que un buen supervisor entiende su autoridad legítima y la ejerce
para el éxito del equipo. Y como siempre
digo “La mejor forma de enseñar es
predicando con el ejemplo” hasta la próxima….. romanjoseg1@gmail.com @consultfinper1
José G. Román
Creador – Fundador de El
Consultorio de las Finanzas Personales