Siempre creemos
que el hogar es el lugar más seguro, cómodo e ideal para el desarrollo personal, intelectual y
físico de un niño. Pero puede ser todo lo contrario.
Así lo demuestran las
estadísticas.
En el
hogar, es donde la familia pasa la mayor parte del tiempo a lo largo de su
vida, es allí donde generalmente ocurre algún accidente doméstico de cualquier
tipo.
Aunque toda la familia tiene las mismas posibilidades de sufrir un
accidente, son los niños quienes sufren con mayor frecuencia.
Tal vez la edad,
la ignorancia, despreocupación, debilidad y características
mentales, los convierte en los más indefensos y vulnerables.
Un accidente
no sólo mata, sino que también dejan secuelas, rastros físicos y hasta psicológicos. Un estudio realizado dice que,
uno de cada cuatro niños que sufre un accidente queda con algún grado de
discapacidad.
Para evitar
accidentes domésticos debemos tomar conciencia ya que se pueden prevenir, no
son un capricho del destino, de la fatalidad o el resultado de la mala suerte.
Lograr
una prevención eficaz significa, cuidar frecuentemente a los chicos, educarlos
y establecer normas claras de seguridad y límites firmes de protección. Es un
deber educar a los niños sobre los peligros y el aprendizaje del autocuidado, tomando
en cuenta el desarrollo de cada chico. El comportamiento de
los padres es clave de esa enseñanza.
Los espacios
donde juegan y descansan los niños deben ser seguros, es un derecho y una
obligación de los padres. Es importante llevarlos a sus controles de salud con
el pediatra para informarse sobre los comportamientos en cada una de sus etapas
de desarrollo y así poder anticipar riesgos.
Accidentes
más comunes en el hogar
La cocina: Existe un peligro latente en las fuentes de
calor y de energía, los utensilios que se manipulan en ese espacio son muy
peligrosos para los niños. Tratar de que la cocina no sea un lugar de paso
obligado de los niños es un buen método de prevención.
El baño: Verificar que las
alacenas estén cerradas para que los niños no tengan acceso a medicamentos o
sustancias tóxicas, no dejar el piso mojado, colocar antideslizantes de goma. Otros
riesgos habituales son: Ahogamiento por inmersión. Es necesario
tener en cuenta que un niño pequeño puede ahogarse en pocos centímetros de agua,
traumatismos por caída en la bañera, electrocución al manipular secadores de
pelo o afeitadoras eléctricas.
El
comedor: Generalmente
no es un espacio peligroso de la casa, sin embargo las causas más habituales de
accidentes en esta zona son: Los
pisos encerados pueden provocar resbalones, las alfombras que cubren parcialmente
el ambiente pueden ser causa de tropiezos, los desniveles también constituyen
un riesgo. Los hogares de leña son peligrosos porque el fuego es siempre una
atracción para los pequeños, las mesas bajitas con vidrio deberían evitarse. Todo
mueble con esquinas filosas a la altura de la cara o la cabeza de los niños
debe protegerse o evitarse
Dormitorio:
El cuarto de los niños
debe ser especialmente seguro, deben ser los padres los que presten atención a
los objetos, muebles y la disposición de estos elementos en el cuarto de los
chicos. La llave
puesta en la cerradura de la puerta es una tentación para los más chicos, que
se llevan todo a la boca. Para los más grandes, es una invitación a los juegos
de encierro, las camas no deben colocarse debajo de
las ventanas, ya que pueden ser usadas para escalar. Las cunas deben tener
una baranda lo suficientemente alta y con poca separación
entre barrotes para evitar caídas. Cuidado con las sogas o hilos colgantes de
los móviles pueden causar lesiones o autoestrangulamiento
Patios
y jardines: Estos
lugares, ideales para que los niños desarrollen su autonomía y sus ansias de
exploración, deben ser seguros para que los momentos divertidos no constituyan
un motivo de preocupación. Los riesgos más comunes son: El piso mojado o con objetos
tirados, que pueden provocar caídas, baldosas levantadas o rotas, baldes o
palanganas con agua, ya que los niños pequeños se pueden ahogar en una pequeña
cantidad de líquido. Plantas venenosas, con puntas filosas o frutos pequeños
que puedan causar intoxicaciones, brasas encendidas en la parrilla, cuerdas para
colgar la ropa (deben estar colocadas a dos metros de altura, por lo menos).
El ahogamiento en
piletas, tanques o estanques es una causa frecuente de muerte entre los niños.
Los
niños no se detienen ante nada y hay que tener muchísimo cuidado, cualquier
cosa puede ser peligrosa para ellos. Por ese motivo poner en marcha planes de
seguridad en el hogar es fundamental para la seguridad de los más pequeños.
Hasta la próxima…. romanjoseg1@gmail.com @consultfinper1
José G.
Román
Creador
– Fundador de El Consultorio de las Finanzas Personales
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