jueves, 13 de abril de 2017

Silenciosa Desesperación


Actualmente los venezolanos estamos en una silenciosa desesperación, así como también el hambre de sueños y esperanzas. La actual situación (dramática) que estamos enfrentando en nuestras vidas, como injusticias, desigualdades, atropellos, falta de atención, entre otras, realmente nos dejan sin aliento. Para nadie es un secreto que todos los venezolanos (sin excepción) tenemos que poner mucho empeño, dedicación y sobre todo ética en nuestras decisiones e iniciativas  y sobre todo clarificar las pasiones por todo lo que hacemos. . 

Lo fatal seria caer en el desaliento ya que siempre va a existir una razón para luchar contra todas las adversidades que, en los últimos tiempos se nos han venido incrementando por diferentes razones o motivos.

Un país como Venezuela que está dirigido y gobernado por personas NO PREPARADAS para sus cargos, se puede esperar cualquier cosa (como en efecto está ocurriendo) lamentablemente. Siempre digo que, cuando la relación de convivencia degenera y se trastornan los valores humanos, no hay manera de ver luz por ninguna parte. Esto nos exige, desde luego, una transformación profunda de modos de ser y de maneras de vivir.

Quiero decir con voz firme, que: Ya está bueno de que cada vez seamos menos dueños de nosotros mismos. Duele decir o cuesta creerlo, pero en la actualidad existe un poder excesivo, naciente del entramado económico y político, que se creen los señores del mundo, que actúan como si la ley no existiese para ellos, que trafican con la mentira, dispuestos a seguir aplastando a una ciudadanía que lo que quiere es trabajar y salir adelante, para dignificarse como persona. Los peligros son enormes ante el intento de huir de una vida sin futuro. El insaciable afán de concentrar poder y recursos en unas pocas manos lo que hace es generar un poder absoluto de unos contra otros.

Allí donde hay desesperación, es barato y fácil hacer negocio y fomentar la violencia, predicar y no dar trigo, para nada disminuye la desesperación en los venezolanos.
En cualquiera de los escenarios, tal y como está la situación actualmente, ninguno de nosotros puede sentirse satisfecho sabiendo que la crisis de esperanza es una realidad en la familia venezolana. A determinados poderes no les interesa liberar a toda la humanidad de la miseria. Hablan de metas inalcanzables y de plazos que no se pueden cumplir

Dignificar la vida para todos no está en ninguna agenda del poder actual. Esta es la realidad que tanto nos abruma y deprime. No sólo nos acosan ciertos poderes, también nos ahogan
La esperanza del cambio es tan necesaria como precisa y nadie se baña en el mar dos veces porque todo cambia con las olas. No hay que temerle, en consecuencia, a los cambios.

No hay más remedio que hacerlo si queremos despojarnos del recelo a vivir, debemos unir nuestras manos de manera solidaria y enfrentarnos juntos a las frustraciones. A lo mejor debemos ordenar nuestras prioridades y ver que las soluciones requieren de la comprensión de todos para con todos. A lo mejor debemos, en suma, ser más nosotros mismos y ver que nosotros también cambiamos.

Debemos reconocer también, que la desesperación y el desánimo  algunas veces nos acobardan y otras nos llevan hacia la locura. También hay una arrogancia despiadada de líderes afanados en querer dibujarnos un panorama de bienestar que no existe.
La experiencia de tantos desórdenes infunde en la sociedad venezolana un gran mal. Cuando se pierde el hábito del trabajo y el espíritu de la conciencia crítica, entramos en un ciclo de inestabilidad social, que es destructivo para todos los venezolanos.

No podemos permitirnos que este círculo vicioso inunde todo el planeta. Lo mismo ocurre con el hábito de la honestidad o de servicio a los demás. Al final, todos perdemos bajo este clima desesperante, que nos exige más acción, más voluntad de querer y más compasión hacia los débiles.

Sin duda, debemos profundizar en las nuevas relaciones de interdependencia entre los venezolanos y su entorno para que nadie pueda sentirse desesperado y solo. Tenemos que decir que la justicia resulta particularmente importante en el contexto actual. A pesar de tantas proclamas está seriamente amenazada por la intromisión de ciertos poderes que también la asfixian y la asedian. Para desgracia, además, la dimensión humana tampoco cotiza en la promoción de un desarrollo justo.

Finalmente estimados lectores, quiero decir que ha llegado  el momento de frenar totalmente este huracán de fuegos inmorales e injustos que todo lo manipulan en favor de los poderosos. Que nadie desespere por la lucha de un bien colectivo. Como dice un proverbio: "Si cada uno barriera delante de su puerta, ¡qué limpia estaría la ciudad!". Al final todo se resume en esta cuestión, en la de verse en el prójimo como a uno mismo.
Hasta la próxima……   romanjoseg1@gmail.com    @consultfinper1

José G. Román

Creador – Fundador de El Consultorio de las Finanzas Personales
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2 comentarios:

  1. Gracias por su aporte! Excelente todo; es una lastima que en este tiempo las personas esten perdiendo la capacidad de ser previsores y tener orden en sus finanzas.

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    1. Estimado lector gracias por tu buen comentario y estamos para servirte... ya pronto seguiré escribiendo mas articulos, ya que tengo varios meses sin el servicio de Internet... saludos cordiales...

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