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En qué estado se encuentra tu economía familiar |
Para
conocer el estado de tu economía familiar. El primer paso es identificar los
ingresos y los gastos actuales y totales de tu familia. Toma en cuenta todos
los ingresos, tanto de actividades profesionales como aquellos que reciben por
conceptos de rentas u otros negocios. Haz lo mismo con los gastos y no olvides
incluir el pago de deudas o hipotecas. Una vez que hagas ese análisis, lo más
probable es que existan dos posibilidades:
Que los
ingresos sean mayores que los gastos: Este es un escenario
positivo, porque significa que cubren sus necesidades y tal vez tienen
un excedente para otras cosas. Han logrado un manejo sano de sus finanzas y es
recomendable seguir con una distribución planeada de los gastos.
Que los ingresos no
alcancen para cubrir los gastos: Recuerda
que deben gastar en función de los ingresos familiares. Si sus gastos son
mayores, empezarán a solicitar préstamos que sus
ingresos no les permiten pagar, haciendo más grande la deuda. Para equilibrar
las finanzas, deberán hacer un análisis detallado de todos los gastos
familiares e identificar cuáles se podrían reducir o eliminar.
Ahora
bien, es importante tener en cuenta que la familia es
un equipo de varios integrantes y deberán
conciliar las necesidades y gustos de cada uno. Hay necesidades
compartidas, como el pago del alquiler donde
viven, pero también hay necesidades individuales,
como tomar clases de danzas, el gimnasio, etc. Lo ideal es que primero se
cubran las necesidades colectivas, aquellas que son indispensables para el
bienestar de toda la familia y posteriormente se analicen las necesidades
particulares.
También
es recomendable que definan reglas internas para el
manejo del dinero. Entre las personas con ingresos, deberán decidir
cuánto aportará cada quién y cómo será distribuido. En algunos casos, la
segmentación se hace por tipo de gastos, por ejemplo, alguien paga el alquiler y
otra persona las colegiaturas. En otros casos, cada integrante aporta cierta
cantidad fija y se forma un fondo familiar, del
cual se cubren todos los gastos. Sin importar cuál sea tu situación, recuerda
que la aportación debe ser proporcional a los ingresos de cada persona, para no
comprometer sus finanzas individuales.
A
la par de identificar ingresos, deben identificar gastos. Definan cuáles son
los gastos indispensables y siempre den prioridad a ellos. De esta forma, cada
miembro sabrá que una vez cubiertas las necesidades
primarias, podrá disponer del excedente para otros usos. Si se trata de
gastos mayores, la recomendación es que exista planeación y acuerdos. Una
necesidad personal no debe afectar la economía familiar, pero es posible
lograrlo si existe consenso y apoyo de toda la familia.
Habla con tus hijos
sobre finanzas
Si
tienes hijos, involúcralos en la cuestión
financiera, cuando vayas al banco llévalos para que vean y les expliques como
son las transacciones. De acuerdo a su edad, habla con ellos sobre la situación
económica familiar y explícales cómo pueden participar. Aunque no generen
ingresos, todos son piezas clave y sus
contribuciones pueden ser en ahorro y aprovechamiento eficiente de los
recursos.
Una
estrategia puede ser darles una cantidad periódica (semanal, quincenal o mensual)
para sus gastos. Esto los ayudará a tener conciencia del valor del dinero y
aprenderán a administrarlo. También enséñales que pueden tener proyectos
individuales a la par de proyectos familiares y que es posible lograr ambas
metas con una buena administración.
Es
importante que todos los miembros de la familia comprendan que la estabilidad financiera no depende únicamente de quién
aporta ingresos. Todos deben contribuir a que esos ingresos se utilicen de
forma inteligente, que no se malgasten o se desperdicien y que la distribución
sea equitativa.
Consejos para mejorar la
economía familiar:
Ahorrar
en recursos y servicios. Establezcan reglas básicas de ahorro para reducir los
gastos por servicios, por ejemplo, apagar las luces cuando la habitación esté
desocupada y no dejar abiertas las llaves de agua. Esto traerá ahorros
económicos en los recibos mensuales, pero también importantes beneficios al
medio ambiente.
Fomentar
la comunicación abierta con relación al tema del dinero. Es muy importante que
todos puedan hablar y manifestar sus inquietudes acerca del manejo de las
finanzas, para que exista un sano acuerdo en su distribución.
Crear
un fondo de ahorro para
gastos inesperados, como accidentes, enfermedades, composturas de la
casa, entre otros. De esta forma, los imprevistos no afectarán el pago de los
servicios ya programados.
Establecer
metas familiares. Así cada miembro sabrá que para proyectos mayores, es mejor
trabajar en conjunto. También aprenderán a compartir y a negociar.
Permitir
que todos los integrantes de la familia dispongan de cierta cantidad para
consumo individual. Es importante que cada quien pueda decidir, de forma
personal, qué hacer con ese dinero y a qué destinarlo. Los proyectos familiares
no deben truncar las metas personales.
Marcar
una línea entre qué es personal y qué es familiar, tanto en ingresos como en
gastos. Para lo familiar, siempre debe existir un acuerdo donde participen y
decidan todos los miembros.
Si
llevamos a cabo estos consejos, será más sencillo lograr una economía familiar
sana y equilibrada. El beneficio principal es que todos los miembros aprenderán
cómo organizarse de manera individual para contribuir de forma colectiva. La
planeación reditúa en una mayor tranquilidad y en la posibilidad de hacer
gastos espontáneos o enfrentar imprevistos sin afectar las finanzas de la
familia. Saludos mis queridos lectores.....