viernes, 15 de julio de 2016

El servicio.. ¿Un buen negocio o práctica humillante?



Debo comenzar por decir que todos de un modo u otro prestamos o brindamos un servicio, y cuando éste se hace en forma profesional, con entrega y corazón – en cualquier instancia – es digno y bien remunerado.

Pero ¿Qué sucede en la Venezuela del siglo XXI? . Que el problema del servicio a nivel turístico y en todas sus instancias es realmente malo. Por ejemplo, si nos acercamos a una oficina pública  para hacer un reclamo o sencillamente pagar un servicio, nos miran de mala gana y hasta nos hacen sentir “que nos están haciendo un gran favor”; la gravedad ha llegado a tal exageración que muchos no sienten orgullo de prestar un buen servicio o de sentirse satisfecho porque su producto es el mejor o su servicio es envidiable por la competencia. 

Sin ir más lejos, si usted visita Aruba y Curazao o alguna ciudad de nuestra vecina Colombia, notará un cambio drástico en esas poblaciones ya que en esas ciudades se hace culto al buen servicio a cualquier nivel.
Y ahora nos preguntamos (en dónde radica el problema). Porque si por casualidad pedimos a un joven en Caracas una dirección, este nos manda a una dirección contraria solo para burlarse “o mamarnos gallo”, o si solicitamos a una secretaria en una oficina pública una información esta es incapaz de mirarnos a la cara y dejar de limarse las uñas para ofrecer con gentileza lo que pedimos o un mecánico no se responsabiliza por el trabajo realizado y si uno le reclama se pone agresivo y nos llama “alzaos”. Esto al extranjero le parecerá exagerado pero la realidad muchas veces  es más cruel. Entonces nos preguntamos de nuevo ¿en dónde radica el problema? ¿Somos menos que los demás? ¡No señores!. El problema tiene un nombre y no podemos esquivarlo y se llama: Educación.

A través de los años nuestros líderes en materia educativa dejaron de darle importancia a una cátedra que se llamó “Formación social, moral y cívica” en tres palabras “ser buen ciudadano”.

Hoy hasta con pedantería te dicen eso es para “tontos” y agregan: “nos merecemos todos porque estamos con el PROCESO y si no les gusta prepare sus maletas y se va pa Miami”.

Definitivamente sin tocar el ámbito político o ideológico debemos reflexionar. Estamos persuadidos que la mayoría de los Venezolanos son gente decente y si nos remitimos a épocas pasadas teníamos fama en el exterior de educados y buenos ciudadanos. No podemos permitir que se relajen las costumbres y perdamos el respeto de nuestros conciudadanos, hasta por simple convivencia nos resulta más rentable ser educados y prestar un buen servicio.

Un proverbio popular nos enseñaba que “lo cortés no quita lo valiente”. El vocabulario soez y delincuencial que utilizan algunos dirigentes de nuestra nación no es el ejemplo más edificante para las nuevas generaciones.

 Quién dijo que la buena educación es privilegio de la burguesía, recuerdo una frase de mi difunta abuela que siempre repetía con orgullo “Pobre pero decente”. El buen servicio y la forma respetuosa de relacionarse los ciudadanos, van de la mano. 

Queremos pensar que la mayoría de los Venezolanos, estén “con el proceso o no”, piensan de la misma manera. El lenguaje irrespetuoso en nada ayuda al “nuevo Venezolano” que desea abrirse al mundo para ofrecer la mayor riqueza de Venezuela, que no es precisamente el petróleo sino los propios venezolanos. Hasta la próxima…..

José G. Román


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