Has pensado alguna vez en las
diferencias entre sabiduría y poder, ambos se pueden considerar una señal de
crecimiento personal. Tanto el poder personal como la sabiduría pueden
atraernos hacia otro ser humano, e inspirarnos a buscar su compañía y consejo. Las personas que poseen poder personal nos
influencian y cambian el curso de nuestras vidas, mientras que las personas
sabias pueden inspirarnos y guiarnos. El problema es que a menudo
confundimos las dos cosas: poder y sabiduría, en realidad, no siempre van de la
mano. Sin expectativas de dar respuestas definitivas, intentemos profundizar en
nuestro entendimiento de estas dos cualidades importantes del ser humano.
Poder personal
El poder personal es,
básicamente, la capacidad de reflejar nuestra voluntad en el mundo externo. Es
la capacidad de “imprimir” nuestras ideas en el ambiente externo, dando forma
al mundo para que esté en armonía con nuestra visión. El poder personal puede
ser desarrollado a través del entrenamiento mental, el ejercicio físico, o
incluso obteniendo riqueza y estatus social: todos estos factores nos permiten
ejercer más influencia sobre el mundo que nos rodea.
Mientras no lo convirtamos en un
objetivo en sí mismo, no hay nada malo en el desarrollo de nuestro poder
personal. Más poder significa más eficacia en el mundo, y eso puede ser muy
útil. Debido a que el poder en sí mismo
no es ni bueno ni malo, sin embargo, puede ser usado para el bien común, o
para destruir y manipular. Centrarse sólo en el poder puede ser arriesgado: el
poder por sí solo no puede garantizar que estemos actuando en beneficio de
todos. Para tener esta visión ampliada, necesitamos algo diferente: la
sabiduría.
En definitiva, el poder personal puede ser muy útil, pero también peligroso.
Si la sabiduría no está ahí para guiarlo, entonces el poder puede terminar en
una ciega demostración de vanidad y egoísmo. Por ello, cuanto más nuestro poder
personal crece, más debemos desarrollar nuestra sabiduría también.
La sabiduría
La sabiduría es difícil de definir, pero relativamente
fácil de reconocer. Es diferente e independiente del poder personal.
Podríamos decir que la sabiduría es la manifestación de una conexión con algo
más elevado, más grande y trascendental. Sabiduría implica perspectiva: la
capacidad para tener una vista de pájaro de lo que sucede a nuestro alrededor,
como si miráramos desde un lugar más alto. Este sentido de la perspectiva
otorga la capacidad de distinguir lo que favorece un bien mayor de lo que no lo
hace.
La sabiduría, pues, está relacionada
con la percepción del bien común, que es, a su vez, lo que fomenta la
evolución. “Bien común” significa, en última instancia, lo que está en línea
con el continuo proceso de evolución en la Tierra, el largo viaje
hacia una complejidad y conciencia cada vez mayores en las formas de vida de
este planeta.
Si el Universo y nuestro planeta
Tierra van hacia un determinado objetivo, si hay un proceso continuo de
evolución, entonces la sabiduría significa estar en sintonía con este proceso y
favorecerlo.
Cultivemos la sabiduría
Podemos cultivar la sabiduría
viviendo la vida, estudiando, meditando y, no lo olvidemos, escuchando la
opinión de los demás. Realmente, no podemos entender el bien común sin escuchar
las ideas de otras personas acerca de la felicidad, el amor, la libertad, etc.
Creo que prácticamente ningún ser humano puede llegar a ser sabio por si solo; la sabiduría se basa en un esfuerzo y
entendimiento colectivo.
En la práctica, para desarrollar
nuestra sabiduría, podemos empezar por escuchar a los demás. Escuchar a
nuestros padres, nuestra familia, nuestros amigos, y sobre todo escuchar a
gente con opiniones completamente diferentes de las nuestras. Cuando escuchamos
a alguien cuya opinión es diferente a la nuestra y hacemos un esfuerzo para ver
su punto de vista, tenemos la oportunidad de acceder a algo más elevado y más
complejo que nuestro punto de vista limitado.
La sabiduría es una expansión,
una apertura de la mente. El hombre sabio es aquel que ha ampliado
excepcionalmente su visión del mundo, y abarca en sus pensamientos una mayor
porción de la humanidad que la persona común. Las miembros más ancianos y más
sabios de una comunidad solían tener el honor (y la carga) de escuchar los
problemas y las quejas de todo el mundo.
Identificar la sabiduría en las personas
¿Cómo reconocemos la sabiduría en
los demás? Aunque no hay una regla fija, en mi opinión la sabiduría debe ser
fácil y natural de percibir. Si nos esforzamos demasiado para encontrar
sabiduría en alguien o algo, lo más probable es que estemos buscando en la
dirección equivocada. La sabiduría
brilla con facilidad: es pacífica, tranquila, y no necesita imponerse por la
fuerza.
Persona poderosa…Persona sabía
El mundo está lleno de hombres y
mujeres que pueden influir en la realidad que les rodea a través de su dinero,
estatus social o poder personal. Los poderosos son abundantes. Sólo una
fracción de ellos, sin embargo, posee sabiduría. Del mismo modo, hay un montón
de gente sabía que no tiene una gran cantidad de poder personal. Los sabios son a menudo relativamente poco
“potentes”. Las personas mayores en la mayoría de las sociedades, por
ejemplo, suelen ser muy sabias, aunque su poder de cambiar el mundo exterior
puede ser limitada.
Es importante mantener clara la
distinción entre poderosos y sabios. Cuando
nos enfrentamos a una decisión difícil y necesitamos consejo, debemos buscar el
consejo de los sabios. Ellos son los únicos que nos pueden guiar en la
dirección de la evolución. No importa realmente si son o no poderosos, y en
algunos casos, su relativa impotencia puede hasta ser una ventaja. Si alguien
no puede influenciarnos de ninguna otra manera que dándonos sabios consejos,
hay buenas probabilidades que no estén tratando de manipularnos o dominarnos.
Conexión entre poder y sabiduría
En el interior de una persona, la sabiduría debe guiar el poder y no al
revés. A nivel colectivo, vale la misma regla: el poder debería ser, en
cierto sentido, subordinado a la sabiduría.
También tenemos que darnos cuenta
de que el poder es tentador y atractivo,
mientras que la sabiduría no lo es tanto. La mayoría de la gente, de una
manera u otra, desea tener poder. ¿No sería genial poder influir en el mundo y
cambiarlo a nuestro gusto? ¿No lo convertiríamos en un mundo mejor? Si miras
con honestidad en tu interior, lo más probable es que te des cuenta de que
estás seducido por el poder, ya sea bajo la forma de riqueza, estatus social, o
capacidad física y mental.
Finalmente quiero decir que al mantener una
conciencia clara y una actitud humilde, podemos desarrollar nuestro poder
personal en armonía, conectándonos al mismo tiempo cada vez más con la
inteligencia y la sabiduría infinitas del Universo. Solo cuando nuestro poder
es guiado por la sabiduría, puede servir al bien común, y fomentar la evolución
humana. Bueno mis estimados lectores espero que este artículo les haya gustado,
hasta la próxima……
José
G. Román
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