domingo, 29 de mayo de 2016

Los efectos de la crisis financiera en el núcleo familiar Parte I



El artículo de hoy es muy importante para la salud mental y familiar. Hablaremos sobre los efectos de la crisis financiera: en la salud mental y en la dinámica familiar.
Muchas familias están sufriendo los estragos de la crisis económica mundial, que afecta a millones de hogares, y cuyos efectos son: por un lado, económicos, y además efectos en la salud mental de las personas que viven en una situación así, es decir, que se encuentran estresados, con incertidumbre, con angustia y no saben cómo manejar la situación.

La alimentación y el manejo del presupuesto familiar recaen sobre los padres y las madres en la mayoría de los países. En muchos hogares, la situación se agrava más cuando hablamos de familias en donde la madre es la responsable de la provisión de la casa, y efectivamente, en la actualidad existen muchos hogares en Latinoamérica que tienen por cabeza a una mujer y sabemos que la tarea de manejar un hogar no es algo fácil, cada día aumentan los precios de los necesidades básicas (alimentación, ropa, calzado, educación, salud, servicios entre otros.)

Cuántos de nosotros hemos escuchado a familiares o amigos decir que perdieron su trabajo, simplemente porque la fábrica cerró. Y en este contexto no podemos dejar de lado los efectos que esta crisis produce en las familias, ya que es la institución humana principalmente afectada, y que está sufriendo las consecuencias ya sea de un despido, del aumento de precios, las deudas que empiezan a acrecentarse debido a que no hay recursos suficientes para poder solventar y pagar esos compromisos adquiridos, etc.
Y aún ocurre que la persona al haber adquirido esos compromisos con responsabilidad, habiendo realizado una planeación de sus ingresos, debido al impacto de la crisis financiera en su patrimonio, ahora ya no puede pagar y es cuando comienzan el estrés, la preocupación y la desesperación.

Las estadísticas afirman que los niveles de desempleo han provocado que el presupuesto familiar de los hogares promedio, carezca de la capacidad para cubrir las necesidades primarias. El dinero tiene un lugar preponderante en la vida del ser humano, al grado que el hombre ha relacionado el dinero con la felicidad, y su futuro, con la posesión de dinero. Las sociedades lamentablemente, se rigen bajo el sistema moral de que “si tienes dinero… “tienes la posibilidad de ser feliz, tener un futuro”, “vas a poder tener una vida de calidad, con salud”.
De tal manera que si el dinero empieza a escasear o si se empieza a perder la fuente de trabajo, en donde ya no se puede tener el ingreso que normalmente se tenía, o si ya no alcanza para el tipo de vida que se quiere llevar, entonces se viene una crisis y esto hace que la persona se empiece a angustiar y desesperar.

Entonces, los problemas económicos pueden tener efectos negativos en la salud. Si bien es cierto que todos nosotros podemos reaccionar de manera distinta ante esta crisis, sin embargo quisiera mencionar algunas señales de alerta:

·         Tristeza
·         Ansiedad
·         Falta de sueño, lo que produce una fatiga constante.
·         Excesiva irritabilidad o enojo, la persona puede llegar a herir a los que están a su alrededor, puede descargar su ira con sus hijos, con su cónyuge y se vuelve tan sensible, que cualquier cosa puede hacer que explote.
·         El aumento de consumo de drogas -lícitas e ilícitas- como una forma de querer evadir la realidad, e incluso la persona puede hacer mal uso de medicamentos, que ponen en riesgo su vida.
·         Dificultad para prestar atención o permanecer concentrado. La persona está evadida, como si estuviera en otro lugar.
·         Apatía. Ya no se preocupa por cosas que anteriormente le eran importantes, incluso puede llegar al punto de ver las situaciones imposibles de resolver.
·         Bajo rendimiento ya sea en el trabajo, en la escuela o en el hogar, como consecuencia de que la persona está agotada, agobiada por la situación que vive.

Tengamos muy en cuenta estas señales de alerta. Podemos tener un familiar o amigo en los cuales podamos ver algunas de estas características que nos indiquen si la persona está siendo afectada por la crisis financiera. La crisis económica no provoca determinadas enfermedades, pero sí las empeora.

Los profesionales en la salud coinciden en que son tres las afecciones emocionales más comunes que pueden surgir ante la crisis financiera: 
a) Incertidumbre. El llenarse de dudas, inseguridad, miedos, obsesiones, que a su vez desencadenan la aparición de síntomas como el insomnio, los desórdenes alimenticios, la irritabilidad, somatizaciones o reacciones psicosomáticas, que pueden mermar la salud física de las personas ya que se desconoce cómo acabará la situación difícil, y esto lo lleva a sentir que no tiene el control, lo que le causa angustia, estrés, se siente desamparado y desprotegido.

b) Ansiedad. Preocupaciones excesivas que surgen ya sea al quedarse sin empleo o ver reducidos sus ingresos. Se produce un fuerte estado de ansiedad, con graves consecuencias físicas y emocionales, sobre todo cuando la persona se ve obligada a modificar sus hábitos de vida ya que tiene que suprimir muchas cosas, algunos gastos, hacer a un lado proyectos de vida, quitarse ciertas comodidades, etc.
Los cambios en la vida del ser humano siempre nos afectan, causan ansiedad en menor o mayor grado, siempre hay un estrés, por ejemplo: el cambiarte de casa es una de las situaciones más estresantes que puedas encontrarte en tu vida, y en este caso, el hecho que cambies tu forma de vivir, también genera ansiedad.

c) Estrés. De acuerdo con una encuesta de la Asociación Americana de Psicología, el dinero y la situación económica son dos de las principales fuentes de estrés para el 80% de los seres humanos.

De acuerdo con estudios recientes, las razones financieras que con mayor frecuencia causan conflictos son las siguientes:

Sueldos bajos. Las necesidades básicas ya no pueden ser suplidas, esto causa mucha frustración entre los miembros de la familia.

Imprevistos. Lamentablemente ante situaciones de impotencia el hombre comúnmente busca hallar culpables, es decir, cuando una persona tiene todo planeado y surge un imprevisto, dígase accidente, enfermedad, recibir visitas inesperadas incluso un embarazo no planificado, esto provoca desestabilización, sacan a la persona del control aparente que tenía de la situación.

Mala organización de la economía familiar. Surgen las preguntas: ¿Por qué me endeudé? ¿Por qué saqué ese artículo a crédito?

Saber administrar es un don que no todos tenemos, y nos es difícil organizar y planificar los gastos. Suele pasar que no hay un entendimiento claro de que es un deber familiar solventar las necesidades básicas, sin embargo se quieren hacer gastos en cosas que son superfluas e innecesarias para el hogar, se hacen gastos, queriendo alcanzar un estatus de vida o condición social más alta.

Existen principios en economía tan simples como “No gastes más de lo que tienes”, mucha gente no respeta esos principios, y gastan de más y en cosas que no son necesarias, que no son para el bien común de la familia y después vienen las consecuencias.

Despidos inesperados y largos períodos de paro. El trabajo, para muchas personas simboliza tranquilidad, porque saben que sus necesidades estarán suplidas, y de pronto perder ese cimiento, definitivamente es una pérdida muy significativa, que afecta tanto a la persona, como a su familia.

Problemas de uno de los miembros de la familia, tales como adicciones e irresponsabilidad. Una crisis financiera no solamente implica que no haya dinero, es decir, la persona puede tener una solvencia económica satisfactoria, pero si entra en un problema de adicciones, gasta todo en el alcohol o en la droga, lo que sucede es que está llevando a su familia a una crisis financiera, ya que en lugar de utilizar el dinero para suplir las necesidades de ellos, se gasta el dinero en su propio vicio.
Aquí concluiremos la primera parte de este artículo, en la segunda y última parte continuaremos hablando de este interesante tema donde incluiremos consejos para que usted y su familia puedan enfrentar esta situación.  Hasta la próxima…
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José G. Román

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