sábado, 18 de junio de 2016

Aprender en soledad


Gestionar bien la soledad personal es un hábito que facilita el bienestar interior, la felicidad serena y estimulante, y sobre todo la capacidad de poder compartir y ayudar.

La soledad nos permite conocernos, favorece a que despertemos a ese “yo” interior tan desconocido a veces para nosotros mismos. La comunicación es crucial, pero también es necesario que te comuniques contigo mismo.

Aceptar la soledad como algo bueno, algo que puedes practicar en determinadas ocasiones, hará que puedas utilizarla a tu favor y no en tu contra. La soledad tiene connotaciones negativas, pero es necesario a veces desvincularnos de la saturación y la sobrecarga de información.

Continuamente estamos rodeados de estímulos, de estrés, que evitan que miremos a nuestro alrededor y realmente observemos dónde estamos parados. ¿La vida pasa muy rápido? Eso es porque no estás apreciando lo que tienes a tu alrededor, la vida pasa rápido porque no le estás brindando importancia.

Aprendemos a estar solos y esto es algo muy bueno, no es lo mismo estar solo que sentirse solo, por eso es necesario desvincular la idea de soledad con vacío, abandono Quizás tengas problemas de apego y es necesario que empieces a practicar el desapego.
La soledad puede ayudarte a ver si realmente te estás vinculando demasiado a una persona, si realmente estás viendo la vida a través de tus ojos o a través de los demás, puedes aprender mucho de estar solo, pero eso no implica que estés siempre en soledad.
La soledad no da miedo,trae beneficios y podemos aprovecharla para clarificar nuestros sueños y alcanzar mejor nuestros objetivos, conocer gente nueva, vivir otras experiencias o aprender más sobre nosotros.

La soledad te brinda los siguientes beneficios:

.- Puedes clarificar tu mente
Generalmente nuestra mente está saturada y estoy seguro de que no soy la única persona que está mentalmente saturada. Nuestras mentes tienen la capacidad de almacenar una gran cantidad de información que no siempre nos es útil. Por ello, tener tiempo a solas nos ayuda a poner en orden nuestras ideas, analizar los problemas que creemos tener y eliminar aquello que nos está causando caos mental.

.- Puedes aprender cosas de ti que ni te imaginabas
Cuando pasamos tiempo a solas nos damos la oportunidad de conocer lo que realmente pensamos sobre lo que pasa a nuestro alrededor, este proceso no lo podemos llevar a cabo cuando estamos rodeados de mucha gente, al estar solos tenemos la capacidad de diferenciar entre nuestras ideas y las del resto del grupo.

.-Te obliga a ser menos dependiente
Nuestro espacio de soledad debe ser vital para nosotros, soledad no significa estar solo o necesitar el contacto con los demás si no un cierto grado de independencia en nuestra vida diaria para mantenernos mentalmente sano. De hecho, la cantidad de interacción social y de soledad que necesitamos en nuestra vida diaria es similar.

.- Aprendes sobre tu lado negativo
Todos tenemos aspectos negativos que no nos gusta enfrentar y por ello evitamos la soledad. Pero si nos permitimos entrar en este estado, no solo aprenderemos de las cosas negativas que tenemos, también podremos tomar las acciones necesarias para combatirlas o cambiarlas. Aunque esto es complicado, también es liberador.
Aprende a disfrutar de tu propia compañía y nunca más te sentirás solo. Líbrate de cualquier clase de culpa, resentimiento o arrepentimiento que puedas tener.

A veces esta soledad puede desanimarnos, entristecernos; sin embargo, la soledad la sentimos todos alguna vez, es más, si vamos al fondo del alma, nos encontramos totalmente solos, nacimos solos y nos iremos de este mundo solos. Si estamos rodeados de muchas personas o no hay nadie junto a nosotros, a veces es lo mismo, en el interior a menudo, podemos encontrar que se está solo. Sin embargo, la soledad puede ser positiva o negativa, según cada quien la valore y según como esta sea.

Si uno ve la soledad como un momento de dolor y desesperación es negativa porque no nos lleva a ningún lado más que a la tristeza, al abatimiento. Pero si la soledad la vemos como la oportunidad de adentrarse en uno mismo, de darse cuenta de quién es uno, de dónde viene y a dónde va, es uno de los mejores regalos que uno puede tener… tiempo para uno mismo.

Al estar solos estamos con nosotros mismos, y más importante, estamos con Dios, por tanto no estamos realmente solos. Estamos en un momento propicio para orar, para pensar, para meditar, para descansar, para reflexionar sobre el pasado, el presente, el futuro.

En la soledad se aprende la fortaleza, sobrellevar las cargas sin quejarse y sin hacer de ello partícipe a todo el mundo, afrontar los problemas personales sin arrojarlos en hombros ajenos, responder de los propios actos y decisiones.

No tengamos miedo a la soledad, más bien busquémosla y descubramos ¡Cuántas cosas encierra la soledad!

Y ya para finalizar mis queridos lectores, seguidores y amigos quiero decirles que, a pesar de que los seres humanos seamos animales sociales por naturaleza, debido a que, entre otros factores biológicos, desde el preciso instante que uno nace, se ve “obligado” a interactuar con sus semejantes para así asegurar la supervivencia y con el tiempo cuando se alcanza la niñez y luego la pubertad se quiere formar parte de la “masa” a toda costa para no quedar excluido, también hay que saber estar solo cuando la ocasión lo requiera. No se puede olvidar que para ser realmente autónomo se ha de aprender a transitar la soledad, es decir, a ir por la vida con independencia. Y por otro lado, no menos importante, está el amor, que no es lo contrario de la soledad sino la soledad compartida. Hasta la próxima….

José G. Román










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