viernes, 8 de abril de 2016

La gratitud, una virtud de los mejores


Soy una persona agradecida digo gracias y demuestro gratitud frecuentemente de muchas formas, para que mi Dios Todopoderoso, mi familia, mi vida, mi entorno y todos mis seres queridos sepan cuánto aprecio todo y a todos en mi vida, así como también celebro mis triunfos y los triunfos de mis amigos y conocidos, constantemente me descubro y descubro a la gente a mi alrededor haciendo las cosas bien”. Dar las gracias es sumamente importante tanto en la vida como en los negocios. ¿Con qué frecuencia das las gracias? ¿Es difícil para ti dar las gracias? Quizá en estos tiempos tan acelerados en que las personas se mueven a mil kilómetros por hora se olvida este pequeño detalle como lo es “la gratitud” tiene tanto poder que si se aplicara diariamente obtendríamos mejores resultados en todos los aspectos de la vida.
Te propongo este ejercicio: tómate un tiempo para escribir una lista de 50 cosas que te permitan ser agradecido, para empezar con mayor enfoque podrías hacer una lista de las cosas que más disfrutes en tu vida, por ejemplo: escuchar, comer, tocar, observar… y en cuanto a tu trabajo lo que más te guste de él y de tus compañeros de labor o de los que participan en tu equipo. Después que identifiques tus áreas de oportunidad, piensa cómo aplicarás estas acciones para que tu vida laboral y personal se desarrolle en armonía, y generes un ambiente equilibrado entre las personas con las que te relaciones.
En las negociaciones, inversiones, proyectos, etc. también es importante saber agradecer, aunque después se utilice una estrategia agresiva para conseguir los objetivos, además se debe hacer mirando a los ojos y con total seguridad, recuerden, al decir gracias, hay que hacerlo de una forma que impacte en la persona, con seguridad.
La persona que expresa su agradecimiento también se siente bien, aunque puede que las primeras veces pueda costar un poco a algunas personas, hace que se sienta más feliz y modifica incluso su actitud ante la vida, esto también incidirá en unos mejores resultados de todo lo que se haga, un mejor clima alrededor y un nuevo camino hacia el éxito.
Dicen que la palabra “Perdón” es la más difícil. Sin embargo, creo que “Gracias”, para algunos, lo es aún más. La gratitud es un valor para muchos olvidado, que puede abrirnos muchas puertas en la vida personal y profesional. Probablemente eso refleje lo difícil que es para algunas personas de nuestro entorno expresar gratitud. Hay quienes dicen: “No la expreso, pero la siento”, pero no somos adivinos para saber cuándo otra persona está agradecida con nosotros o no. La gratitud no es una congratulación o un premio, la gratitud es una muestra de empatía hacia la persona que desinteresadamente nos ha dado una mano.
Hoy te invito a que expreses gratitud, puede ser a tu manera, con tus propias palabras, pero hazle sentir a quienes te rodean que lo que hacen por ti es importante, eso los hará sentirse importantes a ellos, y con eso te ganarás su respeto y simpatía. En el trabajo, la gratitud es esencial para una buena relación laboral, y en la vida personal, es igual de fundamental para relaciones familiares y de pareja exitosas.


Practica la gratitud todos los días

La gratitud es un gran valor, hay que practicarlo todos los días. La gratitud es un sentimiento agradable, a la vez que tierno, de calor, de simpatía y de deuda hacia otra persona porque esa persona nos ha tratado con una amabilidad o con una generosidad inesperada. Cuando expresamos gratitud con cada respiración, nos convertimos en una sinfonía de compasión, amor y comprensión, y las fronteras separadoras de nuestro interior se disuelven en la conciencia de nuestra unidad con todo, incluso en los momentos más negros de la vida podemos abrirnos con reverencia y gratitud, llenos de gracia, sabiendo que las crisis dan a luz nuevas oportunidades. No podemos ejercer mucho poder sin la gratitud porque es la gratitud la que nos mantiene conectados con la fuerza.
El sentimiento de gratitud no corresponde a una de las emociones básicas. Todo lo contrario. Para experimentarla se requieren una serie de procesos complejos en la mente. No todo el mundo puede experimentar gratitud. Es una virtud reservada para los espíritus más elevados y para las inteligencias mejor desarrolladas.
A diferencia de otros sentimientos, el de la gratitud no aparece como un impulso simplemente. La gratitud exige que haya un sistema de valores éticos, en donde estén resueltos los conceptos de dar y recibir, además de una renuncia a la visión egocéntrica de la vida. No solamente los seres humanos experimentan gratitud sino también los animales superiores cuentan con esta virtud, aunque la expresen en forma rudimentaria, un perro, por ejemplo, entrega su lealtad a quien se ocupa de cuidarlo y amarlo.
Las personas que no son capaces de experimentar gratitud tienen un elevado narcisismo. No solamente tienen problemas de memoria, sino que también dan por sentado que merecen toda la ayuda que reciben. De hecho, muchos de ellos se atribuyen por completo los beneficios que obtienen y omiten por completo lo que los demás aportaron para poder lograrlos. Quien ha pasado por dificultades y las ha resuelto, sabe el inmenso valor que tiene la ayuda de otros. Nada como sentirse impedido para algo, o atrapado, o vencido, para entender que la mano que otro tiende es un verdadero regalo del cielo.


José G. Román

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