jueves, 28 de abril de 2016

Prepararse para el retiro


Y usted... se está preparando para el retiro?
Para muchos el momento de la jubilación es un cambio drástico y el camino a seguir es incierto, por lo que tener herramientas para este momento de la vida es vital.
La jubilación es la acción por la que una persona trabajadora activamente, tanto por cuenta propia como por cuenta ajena, pasa a ser inactivo laboralmente, es decir, deja de trabajar al darse una serie de razones: edad, problema físico, etc.
El hacerse mayor, implica jubilación y el numero de jubilados aumenta como consecuencia de la evolución de la población.  No sería adecuado caracterizar a una persona en su “hacerse mayor” con un patrón genérico, cada uno vivirá su proceso de jubilación y su proceso de envejecimiento de forma singular. El grado de conflicto que representa jubilarse para cada persona y las conductas defensivas que se adopten estarán determinadas por la historia personal, las experiencias y representaciones que condicionan habitualmente las ideas, las emociones y la conducta. La jubilación supone para muchas personas un fuerte desequilibrio. Vamos a ver a lo largo de este artículo algunas formas de trabajar para eliminar estas concepciones inquietantes y perjudiciales y poder enfrentar esta etapa de una manera positiva y vitalista.
Cuando llega el momento de la jubilación muchos profesionales se ven desbordados por la incertidumbre y se plantean cuestiones como si tendrán dinero suficiente para mantener el mismo ritmo de vida, si se aburrirán, se cuestionan su propia utilidad e incluso su identidad misma, al perder un rol definitorio tan importante como el del trabajo. Estos planteamientos pueden generar inseguridad y angustia respecto al futuro. El cambio que va a sufrir su vida, en cuanto a hábitos y costumbres es muy brusco y, para tratar de reducir sus efectos, conviene preparar este momento.
Algunas recomendaciones para quienes dejan de trabajar en el sistema laboral:

Analizar los logros y situaciones vividas. Esto sirve para reconocer la historia de vida y poder valorar las metas cumplidas a lo largo de los años, lo que ayuda para mantener una buena autoestima y energizarse para la etapa futura.
Prepararse mentalmente para la nueva etapa. Se recomienda reflexionar y estar consciente de esta fase de cambios y de los pasos que hay que seguir.
Tratar de mantener una vida saludable. Hacer deporte y actividad física es recomendable para llegar a la vejez de manera saludable, al igual que tener hábitos alimenticios equilibrados
Identificar y valorar los conocimientos adquiridos en lo largo de los años. Para realizar una nueva actividad luego de la jubilación es importante reconocer en que área te desempeñas mejor y cuál es tu experiencia para así repasar los conocimientos.
Planificación financiera. Se recomienda identificar acciones para la optimización de su bienestar financiero y corregir hábitos de consumo. También es fundamental informase con antelación sobre todo acerca de su previsión.
Preparación para emprender. Se debe evaluar el perfil emprendedor y las competencias necesarias, además de analizar las áreas en las que se podría trabajar.
Definir otros proyectos. Identificar los hobbies y sueños que podrían realizarse en esta etapa de la vida, que también puede ser un momento de relajo y satisfacción.
La jubilación implica un brusco cambio de vida, que implica todas las esferas de una persona:
La económica, porque las percepciones no serán las mismas;
La del ocio, pues están acostumbradas a una rutina de trabajo;
de las relaciones personales, donde la más importante es el reencuentro con la pareja. Al ser un proceso complejo, se “requiere un tiempo de adaptación, que puede oscilar entre seis meses y un año”.

Ventajas y desventajas de la jubilación a nivel personal

Ventajas:
Disponibilidad de tiempo para hacer lo que se desea o apetece.
Fin de todo aquello que en el empleo retribuido resultaba incómodo o fastidioso como fruto de su carácter impositivo.
Estrechamiento y fortalecimiento de la convivencia de las relaciones personales, habida cuenta de las oportunidades de que se dispone para compartir los avatares de la vida cotidiana con la pareja, los familiares, los amigos.

Desventajas:
Abandono de las actividades que se hacían en el trabajo o a causa de él con las que se estaba familiarizado, quizás también aún sin reconocerlo abiertamente, encariñado.
Pérdida de un rol funcional en la sociedad con todas sus consecuencias: prestigio, poder, influencia, autoestima.
Aparición de un tiempo vacío que hay que saber cómo se quiere rellenar.
Limitación de las oportunidades de comunicación interpersonal, lo que puede derivar en un plazo no largo en aislamiento y soledad.

Resumiendo: Claves para adaptarse a la nueva vida
La psicóloga afirma que estas  son algunas de las claves para que todo sea más fácil:
No hay que encerrarse en casa y sí mantenerse activo física e intelectualmente. Para ello, es recomendable andar, ir al gimnasio o practicar algún deporte, lo que previene de enfermedades y mantiene bajo control las que ya se padecen.
Participar. El voluntariado permite a muchos jubilados sentirse útil y reconocido. Hay miles de ONG, organizaciones de mayores, parroquias, asociaciones de vecinos que estarían encantos de recibir más ayuda, sobre todo en estos tiempos.
Relacionarse. En el trabajo había compañeros con los que comentar cada día el partido de fútbol, la película de la noche anterior… Ahora ese escenario ha desaparecido. Pero la jubilación da también la oportunidad de conocer a otras personas y de cuidar a los amigos que ya teníamos.
La pareja, fundamental. Por eso, hay que ayudarse mutuamente y ponerse en el lugar del otro para entenderle mejor. Ambos miembros van a tener que modificar sus hábitos porque pasarán muchas horas juntos. Compartir actividades juntos es bueno, pero cada uno debe conservar su espacio.
Dialogar y negociar el uso del tiempo, de los espacios y de las relaciones en el hogar. La nueva situación va a exigir un esfuerzo de adaptación de la familia.
Compartir con los nietos. No quiere decir que los abuelos tengan la servidumbre de cuidarlos, sino de compartir tiempos con ellos, de trasmitirles enseñanzas, valores, de disfrutar de la relación. 
La jubilación marca el final de una etapa vital muy importante, que confiere a las personas un rol social concreto y que se encuentra determinada por la realización de unos hábitos prolongados y repetidos durante años. Visto así, quizás sea este uno de los motivos por los que esta palabra, procedente del latín iubilatio (“disfrute del tiempo libre tras el retiro laboral”) constituya uno de los vocablos más temidos (y a la vez más deseados) por la sociedad actual de una a otra parte del planeta. Sin embargo, resulta necesario atender al propio significado original del término para comprender así que este periodo de la madurez puede constituir también una de las fases más dulces, relajadas y especiales de la existencia, en la cual, tal y como versaba el estribillo de una popular canción, tres cosas continúan guardando las claves esenciales para la consecución de la plenitud vital: “salud, dinero y amor… Y el que tenga esas tres cosas que le dé gracias a Dios…” Así pues, el triunfo en los años posteriores al retiro laboral radica en  alcanzar también el éxito en cada uno de estos tres aspectos.


José G. Román





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